Donnerstag, 27. November 2008

PASEO POR VALPARAISO


ARCO BRITÁNICO


En la avenida de Brasil, haciendo esquina con la calle Eleuterio Ramírez, se encuentra el monumento en forma de arco de triunfo que la colonia británica legó a la ciudad, en honor a los cien años de existencia de Chile como estado-nación independiente. Eso sí, la inauguración no aconteció hasta 1911.   

Si no fuera porque que junto al escudo británico aparece también el chileno, toda la iconografía, empezando por el león victoriano, sería británica. Cuatro medallones nos recuerdan a grandes personajes de aquella cultura con un papel destacado en la historia chilena: O'Higgins, Cochrane, Simpson y O'Brien.   

Ciertas marcas de haberse lanzado pintura contra las ilustres representaciones de los personajes, así como algunos grafitis, se unen a marcas de agua y suciedad y a grietas y desconchones, que dan al arco un aspecto de dejadez y abandono, que sólo las recientemente constituidas Patrullas Patrimoniales parecen querer combatir, con pocos recursos y de momento menor éxito. Se los puede encontrar limpiando los sábados de 9.30 a 13.30 horas durante todo el semestre.     


LORD COCHRANE


El escocés Lord Thomas Alexander Cochrane fue uno de los fundadores de la Armada de Chile y uno de los grandes luchadores contra el dominio marítimo por los españoles del Pacífico Sur americano, consiguiendo la liberación de Valdivia entre otras plazas fuertes y contribuyendo a la independencia del Perú, hasta acabar con el poder naval español en la zona. Sus azañas se repetirían al otro lado del continente, ayudando a la Armada brasileña a combatir a los portugueses, y en el Mediterráneo, luchando contra los turcos por la independencia griega.   

Su mayor victoria en Chile como Vicealmirante fue la toma de Valdivia, ayudado por tropas terrestres pedidas a O'Higgins y al uso de banderas españolas como insignia de sus embarcaciones. Tras su gran éxito, trató de repetir su pericia tomando Chiloé, pero en este caso su peor fortuna le hizo desistir.   

La falta de pagos por sus servicios desencadenó la marcha del marino a otras costas. Hoy, aparte de una fragata que lleva su nombre en la Armada chilena, este monumento, situado en la confluencia de la avenida de Brasil con Bellavista, y una placa con su imagen en el Arco británico, es su mayor reconocimiento.

Primer monumento erigido en Valparaíso, en 1873, fue trasladado a su actual ubicación en 1895, tras ocupar un lugar durante un par de décadas en la plaza de Sotomayor. En su nuevo hogar le fue añadida en 1920 la proa de buque que surge de la base - fuente, y el obelisco que corona el monumento.

Con estos ornamentos es conocido hoy el monumento en Valparaíso, y gracias a su altura es posible verlo a gran distancia, especialmente desde la avenida de Brasil, aunque desde su espalda, pues tomando la escultura del lord y la proa como frente, su mirada se dirige directa hacia la Intendencia Regional.



Si se mira de frente, a su derecha encontramos un pabellón permanente de exposiciones y ferias temporales de libros, elementos del hogar, artesanía, entre otras mercancías, y justo delante del monumento, es corriente ver vendedores ambulantes de productos del campo, asadores de brochetas, y un puesto de palomitas.   A pesar de que su estado de conservación no es óptimo, es uno de los monumentos en general mejor mantenidos en Valparaíso, tal vez, puede que por la pequeña fuente que rodea el centro, cuyas aguas no invitan a cruzarlo a los grafiteros. 


PLAZA RADOMIRO TOMIC


Nuestro monumento se erige en el centro de la plaza de Radomiro Tomic, político del PDC de Chile, antofagastino de ascendencia croata, quien, además de llegar a ocupar un escaño en el Senado, alcanzó el puesto de embajador de Chile en la embajada de los Estados Unidos, y más adelante el de embajador de la ONU en Ginebra.

La plaza recorre gran parte de la Avenida de Argentina, y el monumento se encuentra a la altura justa en que se ve flanqueada a un lado por el Congreso Nacional y al otro por la Escuela Alemana.

El monumento consta de una alta figura metálica que representa unos hilos enlazándose, y a su lado una estructura de piedra con figuras formadas por teselas de colores, donde se puede leer una cita de Radomiro Tomic... hasta donde las piedras desaparecidas lo permiten: 'A los pobres A los jóvenes A los bendecidos en el sermón de la montaña [...]'   

A lo largo de toda la plaza, y atravesando la estructura metálica por debajo, podemos encontrar todos los miércoles y sábados una amplia feria, de donde hartos porteños se abastecen para la semana. Frutas, hortalizas, pescado, inciensos, cuadros, libros, poleras y toda clase de objetos podemos encontrar en los puestos. 

El resto de la semana, las marcas delimitadoras en el suelo nos recuerdan el trasiego que dos veces a la semana transforman esta tranquila y abandonada plaza en un verdadero mercado. 


ARTE EN LAS CALLES 


Desde el cerro Esperanza hasta el Playa Ancha, pasando por el Plan y por el resto de cerros, lo que no falta en Valparaíso son paredes pintadas u ornamentadas de un modo u otro.     

En edificios viejos y abandonados, en edificios nuevos y en uso, en muros que ocultan maleza tras ellos o que son signo superviviente de algo que alguna vez hubo allí, murales muy trabajados, hermosos, verdaderas obras de arte conviven con rápidos esbozos de esprai para dejar aunque sea una firma, con propaganda impresa directamente en la pared con plantillas y pintura o esprai, con un simple recuerdo dejado en rotulador...       

Todo tipo de mensajes, de avisos, de propaganda, de espresión; a colores, en negro; grandes, pequeños y diminutos; de todas las ideologías.

En Valparaíso nunca faltará un signo que interpretar, como tampoco faltará una pared que pintar.     


PASEO POR LA COSTANERA


Siguiendo las avenidas del Camino Costero, Torpederas, Altamirano, España, desde Playa Ancha hasta Portales y más allá atravesando Viña, un joven paseo marítimo recorre la costanera de Valparaíso en su casi totalidad -el Plan, debido al puerto, carece de él-, invitando a recorrerlo a pie o en bicicleta, aprovechando los carriles especiales para ello.       

En este paseo es frecuente encontrar en los días de sol a personas de todas las edades caminando, a deportistas haciendo footing, a escolares pololeando, a pescadores faenando... otros porteños se acercan a escribir, estudiar, tomar fotografías, o a sentarse a tomar la brisa en uno de los numerosos bancos que frecuentan el recorrido.     

Desde Portales hacia el sur encontraremos restaurantes de marisco, varias playas, pasearemos junto a las vías del metro, junto a los contenedores de los puertos comerciales, veremos estructuras abandonadas -hogar de gaviotas en el segundo piso, de lobos marinos en el primero-, llegaremos al muelle Barón, donde hoy la polémica está servida por el proyecto de construcción de un gran mall. Lo retomaremos a partir del Molo, la caleta del Membrillo, y donde parece que la civilización termina, continuaremos bordeando la costa, sobre preciosas quebradas, encontrando transeúntes hasta que la carretera da fin al trayecto.


¡Saludos, Gregorio!

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